Amar sin condiciones…

Cuando nos preparamos para ser padres meditamos sobre el amor que le daremos a nuestros hijos, pero no somos capaces siquiera de imaginar la magnitud del amor que nuestros hijos nos darán. Los niños se entregan en cuerpo y alma a la actividad de amarnos, de hacernos felices… este es un gran privilegio del que a veces abusamos.

con almudena

El amor es la base de nuestra seguridad, a partir del amor que recibimos armamos nuestra estructura emocional, aquella que nos deja ver el mundo de manera positiva, que nos permite explorar con convicción.

Se sabe con certeza que no es posible el desarrollo a plenitud de un niño sin la confianza de sentirse amado. Es por eso que los niños necesitan vivencias concretas que les demuestren que son comprendidos, respetados, valorados y amados. A partir de estas vivencias, que deberían repetirse una y otra vez, crece la confianza que les permite desarrollar su autonomía.

Este proceso de asentamiento de la seguridad del niño es largo (dura toda su infancia) y no se alimenta de cualquier tipo de amor, sino de amor incondicional, aquel que se da sin preguntar, sin juzgar, sin pedir nada a cambio, aquel amor que nunca se cuestiona, el tipo de amor que nuestros hijos nos dan.

amor incondicional

¿Les ofrecemos realmente a nuestros hijos amor con total disposición? ¿Se saben nuestros hijos amados mas allá de todas las cosas, en todas las situaciones, en lo bueno y en lo malo? No estoy cuestionando si amamos a nuestros hijos, estoy segura que si, estoy preguntando si el amor que les entregamos es incondicional.

Muchas veces nos aprovechamos del privilegio de ser amados incondicionalmente para lograr que nuestros hijos se comporten como deseamos. Esta dinámica donde el amor es una sensación que se recibe a cambio de algo, es perjudicial. En este contexto los niños aprenden que requieren de esfuerzo, sacrificio y estrategia para conseguir el amor de los padres. Esto no sólo entorpece su desarrollo (porque sin estabilidad emocional no se pueden desarrollar con plenitud) sino también sienta las bases a futuro de dinámicas sociales poco saludables. Cuando los padres abusamos de esta necesidad de los niños de contentarnos por amor, los niños pueden volverse demasiado complacientes, perdiendo su propia identidad y carácter.

¿Te sientes identificado? Todos hemos estado ahí en algún momento…

¿Como entregarles a nuestros hijos el amor que ellos necesitan? Es fácil, sólo debes observar y comprobarás que ellos aman sin condiciones… dan amor sin preguntar, sin juzgar, sin poner límites. Ellos se entregan sin pensar a la experiencia del amor… respóndele de la misma manera, no temas.

Amar sin condiciones no significa no educar, significa darles atención y cariño en todas las circunstancias. Incluso cuando el niño no se comporta como esperamos, cuando tiene sus propios ritmos, cuando hace cosas que van en contra de nuestros valores y costumbres, cuando llora sin motivo… siempre… sin importar la situación en la que nos encontramos. Es nuestro deber amar a nuestro hijos sin condiciones.